El portero alemán y el nuevo flamante titular del Barça en la portería, Joan García, sellan la Paz.
Al final era cuestión de tiempo. Ter Stegen se dio cuenta en cuanto se anunció la salida de Íñigo Martínez de dos cosas: 1) Que con el sueldo del vasco la inscripción de Joan García estaba asegurada y 2) Que se le acababa la única medida de presión que tenía a su favor en una ‘guerra’ inutil dónde, literalmente, no ganaba nadie.
La única duda era como iba a reaccionar la aficción, si como parecía y sucedió finalmente, tras haberle restablecido la capitanía del Barça, el portero alemán hacía un parlamento como primer capitán dirigiéndose a la culerada antes del partido. Bueno, pués como se dice ahora, oye, ni tan mal. Aplausos generalizados de una afficción dispuesta a perdonar.
Ter Stegen apela a la unidad y pidió un tímido pero efectivo perdón a la aficción
En su discurso de bienvenida en el Trofeo Joan Gamper, el capitán Marc-André ter Stegen buscó cerrar el capítulo de sus recientes tensiones con el club. Afirmó que era «importante solucionar el tema» y que ahora es «momento de mirar hacia adelante».
El portero alemán también agradeció el apoyo de la afición la temporada pasada, en la que el equipo ganó tres títulos, y dio la bienvenida a los nuevos fichajes, asegurando que con ellos el equipo será «más fuerte». También se acordó a los que ahora no están ya que militan en otros equipos como cedidos, como Ansu Fati o ‘traspasados’, como Íñigo Martínez o Pau Víctor, que por cierto ayer marcó su primer gol en la liga portuguesa.
Concluyó el discurso pidiendo el apoyo de la hinchada para luchar por todos los trofeos y deseó una temporada de éxitos. Y como decimos en el canal ‘culerín, culerada’, hasta la próxima…¿plantada? Esperemos que no.
Pero sin duda, la foto más buscada se dio al final del partido. Una vez los jugadores del Barça deanvulaban por el campo esperando la entrega de premios y vimos como el recién fichaje Joan García se fundía en un abrazo con el cancervero alemán. Lo que confirmó que entre ambos jugadores no había problemas. De hecho, el pulso no era con él, sino con el Club y ese pulso, una vez más, lo ha ganado Laporta.
