Varias imágenes y vídeos mostraron a un Hansi Flick con un gesto de gran preocupación y angustia en el banquillo, lo que generó especulaciones y portadas en los medios deportivos.
El Barça ayer ganó el partido,si, pero está claro que lo que vio Hansi Flick dentro del terreno de juego no era lo que el quería, y mostró su fustración con varios gestos durante el partido y también en la posterior rueda de prensa.
Autocrítica en rueda de prensa
En sus declaraciones posteriores, Flick volvió a reconocer que el equipo debe mejorar muchos aspectos, especialmente en la intensidad y el control del juego. Hizo autocrítica pública, señalando: «No tenemos ni el control ni la intensidad del curso pasado». No era la primera vez que el técnico alemán lo exponía públicamente.
El alemán destacó que, aunque el equipo gestionó bien los momentos de presión del Alavés, el rendimiento general no fue el esperado y que es necesario incrementar la intensidad en el juego. Pero sin duda, las palabras no son tan podedorsas como las imágenes y en este caso también algo ‘preocupantes’.
Conversación con Raphinha y Gesto de Flick
En un momento tras el partido, el jugador brasileño, Raphinha, se acercó a su entrenador para consolarlo e intentar animarlo, en una imagen que fue interpretada como un gesto de capitán y de la buena relación entre ambos. Pero en varios medios de comunicación se quiere dar otra interpretación y se llega a describir como una «conversación inquietante», reflejando la seriedad del momento.
Pero es verdad que el gesto e incluso aveces la mirada ‘perdida’ de Flick es algo inquietante, sobre todo sin tener claro todo el contexto. La verdad es que tal como avanzamos en la entrada de este artículo, varias imágenes y vídeos mostraron a un Hansi Flick con un gesto de gran preocupación y angustia en el banquillo, lo que rápidamente generó especulaciones, en los medios deportivos escritos y de televisión.
Algunos análisis incluso sugieren que el técnico pudo querer que su imagen de preocupación se viera y difundiera como un mensaje a la plantilla o al entorno del club.
Lo que si es cierto es que un hombre de su experiencia como Flick, sabe perfectamente que una cámara siempre le busca y sólo pueden haber dos posibilidades; o el técnico alemán efectivamente quiso mostrar su malestar a posta sabiendo que sería grabado, o estaba tan ofuscado que simplemente no reparó en ello. No seremos nosotros quienes otorguemos ‘intenciones’ a nuestro mister, el sabrá.
No es la primera vez que Flick muestra su disconformidad publicamente
Hace ya meses que se habla de un supuesto ‘descontento’ de Flick. De hecho es un rumor extendido en la prensa, pero parece que todo se enmarca en la búsqueda de soluciones tácticas para mejorar la defensa tras una salida importante, la de Íñigo Martínez, no como un indicio de una crisis personal o su posible destitución, que no está en cuestión en absoluto.
No en vano, el técnico teutón, renovó su contrato recientemente con el club hasta 2027 tras una buena primera temporada muy exitosa, en títulos y sobre todo juego. Una cosa está clara, Flick consideraba a Íñigo un «líder defensivo» y un jugador clave para implementar su estilo de juego, que requiere una presión alta y ordenada. Y seguro que su marcha precipitada no gustó nada a Flick.
En este inicio de temporada entre lesiones y la falta de un reemplazo con esas características los problemas defensivos del equipo han sido evidentes y los goles encajados (26 goles en Liga y Champions en 19 partidos oficiales) esta temporada son buena prueba de ello.
También llegó a comentarse en algunos medios de una supuesta conversación airada entre el alemán y la comisión deportiva comandada por Deco tras la estampida del defensa vasco con el posterior enfado del Laporta. Pero esta redacción, no puede objetivamente decir que eso sea cierto.
Lo cierto, es que desde que se fue Íñigo las soluciones han pasado por probar a diferentes jugadores y nada acaba de encajar, aunque la última prueba contra el Alavés, con Gerard Martín como central izquierdo, acompañando a Cubarsí deja buen sabor de boca.
En resumen, el descontento de Flick es ahora una evidencia. Pero seguramente se enmarca en un contexto deportivo y nada que ver con una posible salida del alemán a final de temporada. La exigencia de Flick a los suyos, es evidente que también se la pone él y en eso deberíamos de encuadrar la imagen junto a Raphina.
El próximo Martes y en conjunto el mes de Diciembre, serán una prueba dura para ver como responde el equipo a dicha exigencia y que soluciones encuentra Flick a corto plazo. Lo que parece claro es que la vuelta definitiva de Joan García, Raphina y Pedri seguro dará más consitencia al juego colectivo del Barça, eso es fáci de intuir.
