Tuvimos todo lo que se podría de esperar de un clásico, polémicas y ‘alborotos’, excepto todo lo que sería deseable a un clásico, emoción y buen juego.
El Clásico de ayer entre el Real Madrid y el Barcelona en el Santiago Bernabéu finalizó con una victoria ajustada del equipo blanco por 2-1, lo que aumenta su ventaja en el liderato de LaLiga. El equipo blanco se escapa en la clasificación por cinco puntos y el Barça ya no depende de si mísmo para ganar esta Liga.
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Partido de Alta tensión y polémicas artbitrales
El partido fue de alta tensión y tuvo un inicio vibrante con varias decisiones polémicas del árbitro. Un Soto Grado que ya nos tiene acostumbrados, especialmente en los clásicos, a no pasar desapercibidos, por exceso pero de manera preocupante por defecto.
O mejor dicho por defectos, los que tiene el árbitro toledano que ayer superó su media de 5,43 tarjetas amarillas por partido, una supuso la segunda y por lo tanto roja para Pedri. Sin contar las otras tarjetas y una roja a Lunin una vez ya acabó el encuentro. Se le fue, de las manos el partido, una vez más y cometió errores de bultos, varios por banda.
Goles y polémicas servidas en ambas mitades del partido.
Tuvimos que esperar casi media hora para ver el primer gol del partido. Pero previamente, el VAR había anulado un posible penal para el Madrid (por supuesta falta sobre Vinícius y que además venía precedido de un fuera de juego clarísimo del brasileño que hubiera anulado el ‘penalti‘ posterior) y un gol de Mbappé por fuera de juego (Min. 12).
Así el primer gol llegó, 1-0 (Min. 22): Kylian Mbappé y de esta manera el francés abrió el marcador para el Real Madrid, tras una asistencia de Jude Bellingham, definiendo con un derechazo cruzado.
Antes de acabar la primera parte, vimos dos goles más. El 1-1 (Min. 38), donde el Barcelona logró el empate con gol de Fermín López, quien aprovechó una recuperación alta de Pedri y una asistencia de Marcus Rashford para definir ajustado.
Pero solo 6 minutos después, vino el 2-1 (Min. 43): Jude Bellingham quién volvió a adelantar al Real Madrid justo antes del descanso, rematando a placer tras un centro de Vinícius Jr. prolongado por Militao. Con ese gol acabó la primera parte y el marcador de echo ya no se movió hasta el pitido final.
El Barça mejoró algo en la segunda parte.
Hansi Flick mediante su extensión en el banquillo Sorg, tardó mucho en mover el banquillo. y cuando lo hizo, fue tarde para intentar reconducirlo aunque el Barça siguió buscando la victoria muy al contrario de un Madrid que parecía conformarse con la renta conseguida.
Pero de los más destacado en el segundo tiempo fue que el Madrid se vió de cara con la oportunidad de sentenciar al inicio de esta segunda mitad, pero el portero culé Szczesny atajó un penal a Mbappé (Min. 52), un Szczesny, que a la postre resultó ser el heróe por parte blaugrana con muy buenas actuaciones durante todo el partido.
El Barcelona, a pesar de dominar la posesión, no logró crear ocasiones claras suficientes para empatar. Sin embargo a ráfagas el Madrid encontraba alguna posibilidad de ampliarlo y de eso nació una jugada que acabó en otro gol de Bellingham que fue anulado en el 67 por fuera de juego previo. El marcador ya no se movería.
El partido terminó con mucha tensión, incluyendo la expulsión de Pedri en el tiempo de descuento y una trifulca final con discusiones entre jugadores de ambos equipos.
El ‘espectáculo’ dantesco, pero espectáculo, como siempre lo puso un Vinicius Jr que después del desplante a su entrenador y compañeros al ser substituido en el (Min.72), aprovechó para hacer su Show encarándose a Lamine Yamal.
Todo empezó porque Carvajal, tal como había dicho que haría antes del encuentro quiso afearle a Lamine Yamal haber calentado el Clásico con sus palabras en las redes diciendo que el «Madrid roba, se queja…» obviando parece ser, que su compañero Curtois, que también se unió a la trifulca, había hecho lo mismo afeando al Barça sus victorias en años anteriores culpándoles de haber pagado árbitros, con Negreira.
Otro Clásico polémico y menos fútbol de lo deseable
En resumen, el Real Madrid se llevó la victoria (2-1) en un partido de alta intensidad, marcado por la efectividad blanca de Mbappé y Bellingham en la primera parte, el empate fugaz de Fermín, un penal fallado, una expulsión polémica de Pedri y la sensación, desde la óptica culé, de un arbitraje que, si bien corrigió errores iniciales, no terminó de beneficiar sus intereses en un encuentro con muchas incidencias.
La actuación de Soto Grado merece mención aparte.
La actuación del colegiado, Soto Grado, y el VAR, estuvo en el ojo del huracán, especialmente para la afición culé, que podría argumentar lo siguiente:
Polémica en el VAR y Goles Anulados: Aunque el VAR corrigió algunas acciones a favor del Barça (anulando el primer penal y el primer gol de Mbappé), las decisiones en general podrían considerarse inclinadas al Madrid, especialmente en la polémica del segundo penal (Min. 52), que detuvo Szczesny, y la más que probable falta de Hunsen a Cubarsí en el salto que supuso el segundo gol merente. Además de la sensación de que el Madrid fue favorecido en el control de las interrupciones y la gestión de la tensión.
Gestión de Tarjetas: La tarjeta roja final a Pedri por una falta a destiempo, sumada a la tensión final, fue percibida como un golpe más contra los intereses del Barça en un partido que ya se les había escapado.
Dominio vs. Goles: A pesar de tener una posesión muy superior (alrededor del 64%), la sensación desde el bando blaugrana es que el Madrid fue letalmente efectivo en sus pocas ocasiones claras y que las decisiones arbitrales, o la mera gestión de los tiempos, contribuyeron a un clima que impidió la remontada, ya que muchos jugadores del Real Madrid, usaron las típicas estrategemas para parar el partido, dormirlo e impedir la reacción blaugrana, Soto Grado, mientras pasaba por allí.